domingo, 4 de septiembre de 2016

Ferrocarril. (Enciclopedia del Ecuador por Efrén Avilés Pinos. 10/05/2014)

Ferrocarril. (Enciclopedia del Ecuador por Efrén Avilés Pinos. 10/05/2014)


El Ferrocarril del Sur, o Ferrocarril Trasandino, que une las ciudades de Guayaquil y Quito, es una de las obras más importantes de la historia del Ecuador.
Antes de su construcción la sociedad ecuatoriana se encontraba en un proceso de franca desintegración, debido a las distancias que separaban a las principales ciudades de la costa y de la sierra; para entonces, la mula y los guandos (indios que acarreaban las más grandes cargas) constituían los únicos medios de “transporte pesado” del país.
La construcción del ferrocarril se debe a dos de los políticos y gobernantes más notables: El Dr. Gabriel García Moreno y el Gral. Eloy Alfaro.
El 23 de abril de 1861 el Dr. García Moreno autorizó por decreto la contratación de la construcción de un ferrocarril destinado a unir la costa con la sierra.
Doce años más tarde, el 18 de julio de 1873 se realizó el viaje de estreno de la locomotora “Guayaquil”, que recorrió majestuosamente el primer tramo de vías férreas construido, uniendo las poblaciones de Yaguachi y Milagro. En 1875, cuando el mandatario caía asesinado en Quito, ya existían aproximadamente 45 km de vías que unían la ciudad de Guayaquil, desde Durán, con las dos anteriormente nombradas.
Luego del triunfo de la Revolución Liberal que en 1895 llevó al poder al Gral. Alfaro, éste se preocupó por conocer la realidad de los trabajos del ferrocarril comprendiendo de inmediato su gran importancia, entre enero de 1896 y diciembre de 1897, gracias a las gestiones realizadas por su ministro don Luís Felipe Carbo logró constituir en New Jersey, USA, una empresa ferrocarrilera que fue llamada «The Guayaquil and Quito Railway Company», que contó como accionista principal con el Sr. Archer Harman.


Desgraciadamente, los odios partidistas hicieron que el Congreso de 1898 se opusiera tenazmente al contrato ferrocarrilero. Debido a este canibalismo patriotero, los inversionistas norteamericanos desistieron de su propósito a aportar con sus capitales al desarrollo del ferrocarril ecuatoriano, por lo que el Sr. Harman, convertido en tenaz y enérgico aliado del Gral. Alfaro, inició en Inglaterra la búsqueda de nuevos capitales para financiar la obra.
En febrero de 1899 se reinició la construcción del ferrocarril, que en su avance hacia la cordillera fue llevando vida y progreso a todos los pueblos que tocaba, hasta que por fin llegó al km 131, donde se levantaba la muralla andina. Para superarla se concibió la Nariz del Diablo, audaz obra de ingeniería que fue un desafío al esfuerzo y la técnica de los hombres de aquella época. Desgraciadamente la fiebre amarilla había diezmado la fuerza laboral ecuatoriana y a los miles de trabajadores jamaiquinos que fueron traídos para la construcción del atrevido proyecto ferroviario.
Superada la “Nariz del Diablo” y al terminar el primer gobierno del Gral. Alfaro, en agosto de 1901 el ferrocarril había llegado ya a las faldas del Chimborazo.
Las obras del ferrocarril se continuaron desarrollando durante el primer gobierno del Gral. Leonidas Plaza Gutiérrez, entre 1901 y 1905, y el 24 de julio de 1905 se inauguró el primer tren de pasajeros entre Guayaquil (Durán) y Riobamba.

Pero no sería sino hasta el nuevo gobierno del Gral. Alfaro, en que el ferrocarril recibiría su último y definitivo impulso.