Ferrocarril. (Enciclopedia del Ecuador por
Efrén Avilés Pinos. 10/05/2014)
El Ferrocarril del
Sur, o Ferrocarril Trasandino, que une las ciudades de Guayaquil y Quito, es
una de las obras más importantes de la historia del Ecuador.
Antes de su
construcción la sociedad ecuatoriana se encontraba en un proceso de franca
desintegración, debido a las distancias que separaban a las principales
ciudades de la costa y de la sierra; para entonces, la mula y los guandos
(indios que acarreaban las más grandes cargas) constituían los únicos medios de
“transporte pesado” del país.
La construcción del
ferrocarril se debe a dos de los políticos y gobernantes más notables: El Dr.
Gabriel García Moreno y el Gral. Eloy Alfaro.
El 23 de abril de
1861 el Dr. García Moreno autorizó por decreto la contratación de la
construcción de un ferrocarril destinado a unir la costa con la sierra.
Doce años más tarde, el
18 de julio de 1873 se realizó el viaje de estreno de la locomotora
“Guayaquil”, que recorrió majestuosamente el primer tramo de vías férreas
construido, uniendo las poblaciones de Yaguachi y Milagro. En 1875, cuando el
mandatario caía asesinado en Quito, ya existían aproximadamente 45 km de vías
que unían la ciudad de Guayaquil, desde Durán, con las dos anteriormente
nombradas.
Luego del triunfo de
la Revolución Liberal que en 1895 llevó al poder al Gral. Alfaro,
éste se preocupó por conocer la realidad de los trabajos del ferrocarril comprendiendo
de inmediato su gran importancia, entre enero de 1896 y diciembre de 1897,
gracias a las gestiones realizadas por su ministro don Luís Felipe Carbo logró
constituir en New Jersey, USA, una empresa ferrocarrilera que fue llamada «The
Guayaquil and Quito Railway Company», que contó como accionista principal con
el Sr. Archer Harman.
Desgraciadamente, los
odios partidistas hicieron que el Congreso de 1898 se opusiera tenazmente al
contrato ferrocarrilero. Debido a este canibalismo patriotero, los
inversionistas norteamericanos desistieron de su propósito a aportar con sus
capitales al desarrollo del ferrocarril ecuatoriano, por lo que el Sr. Harman,
convertido en tenaz y enérgico aliado del Gral. Alfaro, inició en Inglaterra la
búsqueda de nuevos capitales para financiar la obra.
En febrero de 1899 se
reinició la construcción del ferrocarril, que en su avance hacia la cordillera
fue llevando vida y progreso a todos los pueblos que tocaba, hasta que por fin
llegó al km 131, donde se levantaba la muralla andina. Para superarla se
concibió la Nariz del Diablo, audaz obra de ingeniería que fue un desafío
al esfuerzo y la técnica de los hombres de aquella época. Desgraciadamente la
fiebre amarilla había diezmado la fuerza laboral ecuatoriana y a los miles de
trabajadores jamaiquinos que fueron traídos para la construcción del atrevido
proyecto ferroviario.
Superada la “Nariz
del Diablo” y al terminar el primer gobierno del Gral. Alfaro, en agosto de
1901 el ferrocarril había llegado ya a las faldas del Chimborazo.
Las obras del
ferrocarril se continuaron desarrollando durante el primer gobierno del Gral.
Leonidas Plaza Gutiérrez, entre 1901 y 1905, y el 24 de julio de 1905 se
inauguró el primer tren de pasajeros entre Guayaquil (Durán) y Riobamba.
Pero no sería sino
hasta el nuevo gobierno del Gral. Alfaro, en que el ferrocarril recibiría su
último y definitivo impulso.
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