Influencia de la Iglesia Católica se ha ido
diluyendo con el tiempo.
No solo era necesario
leer, escribir y tener 21 años, si no, como primera condición, ser católico. Lo establecía la octava Constitución del Ecuador de
1869, durante la presidencia de Gabriel García Moreno, un político conservador
radical. Desde la época de la conquista española hasta la actualidad la
Iglesia católica ha estado presente. Su influencia ha sido espiritual, pero
también económica, social y política.
Desde entonces, poco a poco, ese control fue asumido por el Estado y la
influencia de la Iglesia católica en la sociedad ecuatoriana se ha visto
aminorada, a decir de historiadores, por diversos factores: porque la población
se ha vuelto más diversa, porque dejó de ser parte oficial del Gobierno (en
1900 se creó el Registro Civil y la Iglesia perdió el control poblacional que
se lo registraba en las parroquias), porque las nuevas generaciones están menos
apegadas a lo religioso y, entre otros, porque la sociedad ha identificado una
separación, no oficial, de la iglesia jerárquica (conservadora o de extrema
derecha) y la de izquierda (llamada progresista). En el país, hay
14’483.499 ecuatorianos (VII Censo de Población y VI de Vivienda 2010). De este
total, el 85% es católico y el 15% es practicante.
Los
historiadores Juan Paz y Miño y Enrique Ayala coinciden en que no se puede
separar la Iglesia de la política.
Las
relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno del Ecuador sufrieron una ruptura
con el Liberalismo hasta que el 24 de julio de 1937 ambas partes firmaron un
Modus Vivendi que garantiza el libre ejercicio de los derechos fundamentales de
pensamiento, conciencia y religión, en lo privado y público.
Durante
los últimos veinte años la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se ha pronunciado
sobre temas político-sociales que han considerado afectan a la sociedad. La
deuda externa, el ‘bono de la pobreza’ para las madres solteras y de la tercera
edad, la delincuencia, el presupuesto del Estado, la Constitución y las
reformas penales han sido temas de preocupación.