domingo, 28 de agosto de 2016

Influencia de la Iglesia Católica se ha ido diluyendo con el tiempo.

Influencia de la Iglesia Católica se ha ido diluyendo con el tiempo.


No solo era necesario leer, escribir y tener 21 años, si no, como primera condición, ser católico. Lo establecía la octava Constitución del Ecuador de 1869, durante la presidencia de Gabriel García Moreno, un político conservador radical. Desde la época de la conquista española hasta la actualidad la Iglesia católica ha estado presente. Su influencia ha sido espiritual, pero también económica, social y política.

Desde entonces, poco a poco, ese control fue asumido por el Estado y la influencia de la Iglesia católica en la sociedad ecuatoriana se ha visto aminorada, a decir de historiadores, por diversos factores: porque la población se ha vuelto más diversa, porque dejó de ser parte oficial del Gobierno (en 1900 se creó el Registro Civil y la Iglesia perdió el control poblacional que se lo registraba en las parroquias), porque las nuevas generaciones están menos apegadas a lo religioso y, entre otros, porque la sociedad ha identificado una separación, no oficial, de la iglesia jerárquica (conservadora o de extrema derecha) y la de izquierda (llamada progresista). En el país, hay 14’483.499 ecuatorianos (VII Censo de Población y VI de Vivienda 2010). De este total, el 85% es católico y el 15% es practicante.  


Los historiadores Juan Paz y Miño y Enrique Ayala coinciden en que no se puede separar la Iglesia de la política.

Las relaciones entre la Santa Sede y el Gobierno del Ecuador sufrieron una ruptura con el Liberalismo hasta que el 24 de julio de 1937 ambas partes firmaron un Modus Vivendi que garantiza el libre ejercicio de los derechos fundamentales de pensamiento, conciencia y religión, en lo privado y público.

Durante los últimos veinte años la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se ha pronunciado sobre temas político-sociales que han considerado afectan a la sociedad. La deuda externa, el ‘bono de la pobreza’ para las madres solteras y de la tercera edad, la delincuencia, el presupuesto del Estado, la Constitución y las reformas penales han sido temas de preocupación. 



domingo, 21 de agosto de 2016

Periodismo del Azuay Celebra su día.

Periodismo del Azuay Celebra su día.

Historia del Periodismo Ecuatoriano:

“El 13 de enero, aniversario de la publicación del primer periódico de Cuenca, es, por declaratoria del I. Ayuntamiento, Día del Periodismo del Azuay. La memorable celebración recuerda el singular hecho histórico del 13 de enero de 1828 y enaltece la memoria de su protagonista, el franciscano Fray Vicente Solano.”

El Eco del Azuay hizo su aparición en el periodismo ecuatoriano luego del periódico Primicias de la Cultura de Quito, de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, que circuló el  5 de enero de 1792, y El Patriota de Guayaquil, órgano oficial de la Junta de Gobierno Independentista del 9 de Octubre, publicado  el 26 de mayo de 1821.
La edición del periódico se facilita  gracias a la adquisición de una imprenta, y su entrega al padre Solano,  por parte del general Ignacio Torres, Gobernador del Azuay.
El eco del Azuay  tan sólo tuvo 26 números, del 13 de enero al 6 de julio de 1828, cuando su editor el padre Solano, se despide de sus lectores con la explicación de que la falla de los suscriptores lleva al cierre de  la publicación.
El periódico  tenía carácter político, apartándose de las tendencias republicanas de la época, propone la constitución  del “Imperio Republicano de los Andes”, bajo el cetro de Bolívar. Las publicaciones incluían: temas religiosos, científicos y literarios, de humor,  que, según sus críticos, “…llaman la atención por la originalidad de los conceptos, la sencillez y al mismo tiempo la elegancia de la forma,  el vigor del pensamiento, la intención  patriótica y  su profunda erudición”.


Resumen de:(eltiempo.com.2014)


martes, 16 de agosto de 2016

Diez de Agosto de 1809.

Significado Histórico del 10 de Agosto de 1809.


La noche del 9 de agosto de 1809, un grupo de personas integrantes de la sociedad criolla de Quito se reunió en la casa de Manuela Cañizares para definir una estrategia. Cuentan que esa madrugada, ante la desmotivación de algunos de los presentes, Manuela les increpó con una dura frase: “¡Cobardes...hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo...? ¡No hay tiempo que perder...!”.

Esa madrugada se conformó la Junta Soberana de Gobierno, que tuvo como autoridades principales al Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar, y al obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente. Los doctores Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como secretarios de Estado, despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y Hacienda.


Muy temprano, el doctor Antonio Ante, secretario general de la Junta de Gobierno, visitó a don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla y presidente de la Real Audiencia de Quito, para comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones.

Entre tanto, el coronel Juan de Salinas, al mano de las fuerzas militares, declaraba la lealtad a la Junta de Gobierno y al rey Fernando VII.

La junta gobernó apenas un año, luego de lo cual, los patriotas insurrectos fueron encarcelados por las fuerzas leales a la corona española que llegaron desde Lima. Allí se propició la matanza del 2 de Agosto.
Comprendida con una visión histórica de la amplia perspectiva, la Revolución de Quito del 10 de Agosto de 1809 dio inicio al proceso de la independencia de la actual Républica del Ecuador, que solo después de trece años de insurgencia culminara exitosamente en la Batalla del Pichincha del 24 de Mayo de 1822.



domingo, 7 de agosto de 2016

Biografía de José María Urbina.

Biografía de José María Urbina.



Nació en Pillaro el 19 de Marzo de 1808. Muy joven ingreso en la Escuela Náutica y participo en las últimas luchas emancipadoras, fue un hombre de gran ingenio y dotes de diplomacia.
Su protector y edecán fue Juan José Flores, se parecieron en las disposiciones mentales y habilidad militar.
Prefirió manejar la política con mano de hierro, apoyándose en un ejército. Urbina dominó el período marcista desde su adhesión al triunvirato de 1845 pese a su condición de gobernador de Flores, hasta su apoyo decisivo al presidente Francisco Robles entre 1856 y 1859. Su influjo en los años marcistas fue tridimensional; horizontalmente, arbitrando entre la Sierra y la Costa e inclinándose a la Costa sur; verticalmente, con su preocupación por los estratos marginados; transversalmente, posibilitando el que las generaciones herederas de las bases populares chihuahuas de 1834 se formaran en la generación montonera del alfarismo de 1895.


Urbina suprimió los impuestos arancelarios a los productos de exportación y eliminó los gravámenes a los bienes de primera necesidad. Creció, pues, la exportación del cacao y de la cascarilla, materia prima de la quinina, único remedio conocido contra el paludismo. Hubo inversión de capitales en estos rubros y tanto la Costa sur como la Sierra sur empezaron a convalecer. También liberalizó la educación superior, privatizó la educación media e impulsó la primaria para lo cual expidió la controvertida Ley de Libertad de Estudios. 

Murió en Guayaquil el 4 de Septiembre de 1891.